jueves, 12 de diciembre de 2013

Democracia y “barbarie contemporánea”.

El gobierno en el futuro, Anagrama,
Noam Chomsky 

 Madrid 2005  

En 1970, el lingüista, filósofo y activista político Noam Chomsky dictó una conferencia en el Perry Center de Nueva York, en la que, con su estilo crítico y mordaz, disertó acerca de las posibilidades de transformación de la sociedad frente a lo que no dudó en caracterizar como “barbarie contemporánea”. 
 Las ideas vertidas ese día en Nueva York cobran vigencia hoy en nuestra sociedad por el escenario político que enfrentamos. 

“¿Cuál es el papel del estado en una sociedad industrial avanzada?” 
En su texto, Chomsky se propone responder a esta pregunta bajo la discusión de cuatro posiciones “un tanto idealizadas”; es decir, bajo el análisis de cuatro vertientes ideológicas en torno a la teoría social y del Estado, llamadas por el autor como: 


  1. liberal clásica.
  2. libertaria socialista.
  3. socialista de Estado
  4. capitalista de Estado
Si bien chomsky elaboró estas posturas de cara al panorama que enfrentarían las principales sociedades mundiales de la década de los setenta frente a su porvenir sociocultural y económico, vale la pena su revisión a manera de evaluación, desarrollo y confrontación con las sociedades actuales dentro de nuestro contexto; es por ello que apenas el año anterior, la editorial Anagrama, en su Colección Argumentos, las publicara por primera vez en español.

De entrada, el autor delinea el liberalismo clásico como una oposición a todas las formas de intervención estatal en la vida social y personal. Para hacerlo, retoma elementos de Wilhelm von Humboldt, Marx, Tucker y Rousseau. Es decir, esta doctrina basa sus funciones en un Estado limitado, una oposición a los conceptos de individualismo posesivo y en una dispersión de los constreñimientos sociales reemplazados por vínculos sociales y no por la avaricia competitiva o el “individualismo depredador”, y “mucho menos por los grandes imperios corporativos”, haciendo hincapié en la diversidad y libertad de creación. Aquí la vigencia y revisión histórica de la teoría no la propone Chomsky o sus editores, sino varios de los representantes de la “nueva izquierda” latinoamericana que se han arrojado tras el poder con esta bandera. Llama la atención que el mismo autor comenta que el pensamiento libertario clásico conduce “directamente al socialismo libertario”, o al anarquismo coherente, combinado con una idea clara de capitalismo industrial.

Y en este tenor aparece la segunda de las posiciones ideológicas, que es la de socialismo libertario. En ésta, dice Chomsky, hay una coincidencia en la función represiva del Estado y en los límites de su acción; sin embargo, el socialismo libertario va más allá al subrayar la abolición del poder del Estado para propiciar una organización democrática de la sociedad industrial, con control popular directo de las instituciones sociales. Precisamente para el autor, el socialismo libertario representa una especie de abanico ideológico que va del marxismo de izquierdas al anarquismo, y en sus ideas encuentra la más idónea de las líneas a seguir en una sociedad (de las cuatro que menciona), porque constituyen “unas prolongaciones del pensamiento liberal clásico naturales y adecuadas a la sociedad industrial”. Aunque, de manera conjunta a la afirmación anterior, Chomsky también ve riesgos y argumentos en contra del socialismo libertario, y los principales son que “una sociedad libre es contraria a la naturaleza humana”, y que, por ende, “resultaría incompatible con las exigencias de la eficacia”. Dicho de otra forma, de manera histórica, para el hombre la libertad social sólo ha sido valorada mientras la posee. Chomsky se respalda en Kant, Rosa Luxemburg, Carl Kaysen y Ralph Miliband para mencionar que la libertad y posibilidad de elección son condiciones inherentes a la realización, pero, al mismo tiempo, cuestiona si habrá madurez para la libertad.
 ¿hasta dónde la violencia y el terror?, ¿cuándo la opresión dará un paso a la reconstrucción social y de las instituciones? Observaciones similares a las que Kant, citado por Chomsky, hizo durante la revolución francesa al defenderla de quienes afirmaban que el Terror era la prueba de que las masas no estaban preparadas para el privilegio de la libertad.

 Por último, aparecen las otras posturas: socialismo de Estado y capitalismo de Estado. Aquí el autor repasa las condiciones, orígenes, características y repercusiones de ambas teorías. Para Chomsky ambas ideologías difieren muy poco: una prioriza el factor político y otra el económico, pero las dos lo hacen en aras del mismo objetivo de poder. También se plantea un breve acercamiento a dichas corrientes mediante el análisis de la guerra fría, en el que se hace referencia a la tremenda utilidad de ésta tanto para la elite estadounidense como para la soviética, puesto que ambas lo hicieron para justificar la ideología del imperio, el sistema de subsidio militar y la ideología estrecha y conservadora basada en los intereses de tal elite. Al estudiarlas, Noam Chomsky, considera al bolchevismo como una variación del socialismo de Estado; y al Estado del bienestar moderno, como la parte del capitalismo de Estado, concluyendo que ambas teorías sociales son “regresivas e inadecuadas”, debido a que muchos de nuestros problemas “verdaderamente fundamentales” proceden de que esas formas sociales dominantes son “incompatibles con las sociedades industriales modernas porque no se adecuan a ellas”. El gobierno en el futuro, de Noam Chomsky, es un texto relevante para entender el comportamiento de nuestra sociedad actual, bajo el tamiz de la revisión histórica, el análisis sociológico moderno y el panorama político de fin-inicio de sexenio de nuestro entorno, a fin de reavivar la esperanza de la posibilidad intacta de utopía social, tan añorada por todas las sociedades, en todas las épocas.  

 Carlos López de Alba  

http://www.revistafolios.mx

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